Una excursión pero que muy dulce

Hace ya tiempo, que cierta persona me debía una excursión de esas que te ponen los dientes muy largos. Y por fin el sábado, D.Dedalín, me llevó a 7Days, una gran fábrica de dulces (que ricooo!!!!).
A pesar de que Dédalo me pidió mil veces que metiera las manos en los bolsillos y que no me liara a comer dulces, me fue imposible, aquello es el cielo para gente como yo.
Al caer en la entrada, una ya estaba casi babeando pensando en caramelos, piruletas, pasteles.... Y cuando me cargó por fin, vi una puertecica pequeña con un robot que hablaba un ingles extraño. Creo que ya tenía algo de óxido y falta de aceite en las cuerdas vocales.


Cuando ya nos cansamos de ver si lográbamos traducir algo nos decidimos a entrar, y además de la emoción de pillar golosinas de una manera descontrolada, me quede fascinada de lo bonito que era aquello. Es como el Disneyland de los dulces.



En el momento que pude cerrar la boca, nos presentamos al maestro de los dulces que estaba en la entrada, y nos hicimos unas foticos de recuerdo con el pastelero. Pero como no le debieron gustar mucho, llamó al señorito Lag para castigarnos y allí no había movilidad posible ( o eso, o pisamos un chicle enormeee). Pero Dedalo, que es muy amable, me hizo tp hasta la fábrica de pasteles, donde nos esperaban otra pastelera y un robotijo muy mono, y esta vez fui lista, hice la foto pero no dije nada (jejeje).


La fábrica de pasteles es una verdadera pasada. Todo muy película "Robots" para peques, con detalles alucinantes y lo mejor, ¡¡¡ te haces tus pasteles !!!. Te subes a la silla de la máquina (porque miran mucho por la comodidad de los trabajadores), decides como quieres tu pastel durante el proceso, con una gran variedad de opciones posibles y al final....Tachan!!!! te lo dan "pa" ti solico.


Cuando me terminé aquel pedazo de bollo, sin darle ni una migaja a Dedalo (que sigue enfadado por el feo detalle) subimos a la planta de arriba. Allí se puede ver como curran los robotijos. Yo como siempre, me dediqué más a estorbarles, pues no
paraba de tocarlo todo.


Y después nos fuimos a ver a los robotijos que se escaqueaban del curro, que haberlos los había, como en todos los trabajos. Nos tomamos un café en la salita de descanso, y Dedalo al ratín desapareció por la fábrica. Me tocó ir a llamarlo por megafonía (para mi que se fue ha hacerse un pastel, que aun estaba muerto de la envidia,jejeje).


Espero que no se os piquen los dientes con esta visita amigos.
Besitos.
7Days Magic Bakery 247/18/24.